Uso terapéutico del tarot
Hoy en día, el Tarot se utiliza según dos puntos de vista radicalmente diferentes y, a menudo, exclusivos: el adivinatorio o futurológico y el terapéutico.
Mientras que el Tarot adivinatorio predice el futuro, el Tarot terapéutico supone una transformación humana. Para este propósito, trabaja para revelar y explicar los bloqueos psico-emocionales, los miedos y los patrones de comportamiento que impiden la plena realización de los individuos, y ofreciendo una guía precisa para resolver estos factores.
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Indefectible destino o libertad y voluntad creadora
Respecto a la cuestión del destino, para el lector de Tarot futurológico, el Tarot es un intermediario entre el destino omnipotente y los mortales, por lo tanto, reducido a simples espectadores de sus vidas.
En cambio, para el lector de tarot terapéutico, uno es el "planificador de menú" de su destino que está creando continuamente a través de la elección, que se puede cambiar en cualquier momento. El futuro y el destino son la respuesta del universo a nuestras acciones, omisiones y pensamientos, al igual que la fuerza física de acción y reacción conocida en Oriente como la ley del karma. Cabe señalar que la capacidad para transformar la vida o crear el futuro de acuerdo con nuestros deseos es proporcional a nuestro nivel de conciencia. El tarot, bien implementado, es una herramienta para cambiar el destino de uno, ya que nos ayuda a ser conscientes de lo que realmente bloquea nuestras realizaciones y muestra qué actitudes son necesarias para liberarnos.
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La cuestión de la responsabilidad.
En el Tarot divinatorio, el ser humano es un esclavo. ¿Qué libertad puede tener la vida de cualquiera si está atada por el destino, yendo tan lejos como para poder conocer el futuro? La libertad y la responsabilidad van de la mano. Si insistimos en mostrar a nuestros clientes que sus vidas son el resultado de fuerzas extrañas, extrañas e impredecibles como la suerte, la mala suerte o la voluntad divina cuando no son las obras de magia en las que intervienen entidades no materiales, simplemente estamos degradando a los seres humanos a la calidad de “títeres del destino”, que nunca podrán liberarse por sí mismos.
Según la visión terapéutica de Tarot, uno es totalmente responsable de la vida que lleva. El primer paso hacia el cambio comienza cuando uno deja de culpar a los demás y el destino de nuestra situación actual. La fortuna y la felicidad son una cuestión de elección y no de suerte.
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La cuestión del bien y del mal.
Lo bueno y lo malo no son verdades absolutas. Lo que es bueno para una persona hoy, no lo sea mañana. Lo que es bueno para mí, puede no serlo para usted. Quien quiera ayudar a sanar el alma, no puede trabajar con verdades o doctrinas absolutas, porque no hay enfermedades, sino aquellas que no están a gusto. Sin embargo, se puede considerar que algún aspecto particular de nuestro yo íntimo no tocado por las manipulaciones de nuestra programación familiar en donde se encuentra la esencia del ser humano, puede ser ayudado por un ser superior o una supra-conciencia en sus labores hacia la realización.
Estas consideraciones son ajenas al enfoque de Tarot adivinatorio, que en general toma sus conceptos de bueno y malo de las religiones oficiales, adoctrinando aún más a sus usuarios, lo que hace que sea aún más difícil para ellos ser ellos mismos.